Desde muy joven, compaginé mis estudios con un trabajo y fue ahí donde descubrí la disciplina y la fuerza que me habitan. Siempre pensé que la mejor enseñanza no está en los libros, sino en la práctica, en colaborar con otros. Durante los años de carrera, compaginé mis estudios con un trabajo de 8 horas, y aun así saqué la carrera en 3 años, aprobando todo en junio y con una matrícula de honor.

Ese mismo fuego fue el que me impulsó en cada trabajo. Pasé de ser una contable en una consignataria en expansión a convertirme en la mano derecha del CEO de una startup pionera en el sector del alojamiento estudiantil, organizando el negocio desde cero. Aprendí que soy una constructora, alguien que hace que las cosas sucedan. De ahí, salté a una de las empresas más grandes del mundo. En Bayer, mi carrera despegó a los pocos meses. De contabilidad, pasé a ser parte de uno de los proyectos más importantes de automatización de contabilización, y de ahí a liderar el departamento de soporte y soluciones IT. La vida corporativa me dio mucho, pero también me hizo ver que el éxito sin bienestar no es sostenible.

Hubo un momento, un desafío personal muy grande, en el año 2008, que me empujó a buscar respuestas. Fue entonces cuando, por mi cuenta, me adentré en el mundo del mindfulness, del crecimiento personal y del coaching. Fue mi tabla de salvación en ese momento, lo que me mantuvo en mi eje y me permitió tener la vida personal que ahora tengo. Lo que no sabía entonces es que esa formación personal se convertiría en mi mayor herramienta profesional. Fue allí cuando me decidí a entrar en el mundo digital ofreciendo cursos y programas, fundando creceportucuenta, un lugar para divulgar consciencia, crecimiento personal y evolución.

Además, gracias a esos conocimientos, me ofrecieron ser parte de un proyecto como coach de innovación, lean y coaching. Hice talleres, workshops y sesiones para departamentos.

El punto de inflexión final llegó con una decisión de la empresa ajena al desempeño del proyecto. Los proyectos de innovación y coaching se cancelaban, y el 90% de mi departamento fue despedido, mientras mi rol fue transferido de nuevo a contabilidad. Regresar a un puesto sin el dinamismo que tanto me apasionaba, me mostró de la forma más clara posible que mi camino ya no estaba ahí.

En ese momento, decidí potenciar mi propio negocio y ayudar a otros.

Hoy, mi trabajo no es solo un servicio; es la suma de todo lo que he vivido. Mi disciplina, mi experiencia en alta gestión y mi camino personal se unen para darte las herramientas que necesitas.

Después de tantos años en el mundo corporativo, aprendí que el éxito no se mide solo en resultados. Por eso, sé que el bienestar es la base para que tu equipo y tu negocio prosperen. Mi historia es la prueba de que se puede construir una carrera con éxito, propósito y coherencia.

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